La tarea de capturar la esencia del espectáculo sobre "El Silencio" en la Aceitera propuesto por Estévez/Paños y Cía se convirtió en un desafío apasionante y, a la vez, muy pero que muy complejo. La misión de inmortalizar el "Silencio" se enfrentó a obstáculos técnicos que añadieron una capa adicional de dificultad, pero también enriquecieron la experiencia y la narrativa visual. Hacer fotografías en La Aceitera me propone desafíos técnicos, emocionales apasionantes que hacen que mi experiencia allí como fotógrafa me enriquezca en su totalidad.
El silencio como expresión narrativa y mi dificultad para fotografiarlo
Uno de los desafíos más notables fue la paradoja de la cámara réflex. Si bien esta herramienta es esencial para la captura de imágenes de alta calidad, su característico sonido mecánico se volvió un intruso no deseado en el silencio de La Aceitera. Cada clic de mi cámara era como un eco, perturbando la quietud que buscaba inmortalizar. Para superar este obstáculo, adopté una aproximación más contemplativa y estratégica, esperando pacientemente el momento adecuado para presionar el obturador, minimizando así la interferencia sonora.
La iluminación presentó otro desafío intrigante. En un entorno como la Aceitera, la luz no de este espectáculo en si no es estática; cambiaba de lugar, intensidad y ángulo constantemente. Para capturar la esencia de cada rincón, tuve que adaptarme a este juego de luces y sombras en constante evolución. Buscar el mejor enfoque y dejarme llevar por la sensación de emoción del propio espectáculo que estaba viendo para anticiparme a esa imagen que ya se formaba en mi mente antes de se produjera.
La iluminación puntual, a menudo atenuada y filtrada creó contrastes dramáticos que realzaron la textura y la profundidad en mis fotografías. Cada imagen se convirtió en una coreografía visual, donde la luz y la sombra danzaban en armonía. La complejidad de la iluminación también me desafió a pensar de manera creativa y a utilizar la luz como una herramienta narrativa.
A pesar de los desafíos, cada fotografía de la serie "Silencio" es el resultado de una delicada danza entre el silencio deseado que los protagonistas del espectáculo buscaban Estévez y Paños y los obstáculos técnicos superados.
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